Padres que estudian para hackers

Antes de nada ¿qué se entiende por hacker?

Hacker es toda aquella persona con elevados conocimientos informáticos, sobre todo en seguridad, independientemente de la finalidad con que los use. Mientras que Cracker es aquel individuo que se especializa en saltar las protecciones anticopia de software, de ahí el nombre crack para definir los programas que eliminan las restricciones en las versiones de demostración de software comercial, se trata en general de delicuentes informáticos. En muchas ocasiones se confunden los términos y se toma a un hacker por un pirata informático pero no es así.


La autora valenciana Mar Monsoriu ha publicado el libro 'Técnicas de hacker para padres', el primer volumen en España que proporciona a los padres --tanto a aquellos que tienen algún conocimiento en informática 'como los que ni siquiera saben encender un ordenador'-- las herramientas necesarias para asegurar que sus hijos realizan un buen uso de internet y protegerlos de algunos de los peligros que se encuentran en la red, como el ciberacoso, el sexo virtual o los comportamientos adictivos. El manual, publicado por Creaciones Copyright, facilita a los familiares y a los docentes instrucciones precisas para conocer las diferentes aplicaciones que utilizan los menores, desde el correo electrónico hasta la webcam, pasando por los diferentes modelos de 'chat'. El objetivo es ayudar a toda una generación de progenitores 'sorprendida por las habilidades de los niños', aseguró Monsoriu en declaraciones a Europa Press. Según la autora, licenciada en Ciencias de la Información y con formación en ingeniería superior, 'cuando se aborda el tema del uso del ordenador y el teléfono móvil los niños y adolescentes suelen cerrarse en banda y de poco sirve intentar sonsacarles con ardides paternales'. 'Cuando la comunicación falla, la alternativa que les queda a los padres es convertirse en un verdadero espía informático, ya que, al igual que los 'hackers' buenos, el objetivo de los padres tiene que ser detectar las vulnerabilidades de sus hijos y protegerlos mientras les enseñan a hacer un uso adecuado de las nuevas tecnologías', expuso la especialista. Así, entre otras técnicas, el volumen ofrece recursos para programar el ordenador para que los niños puedan utilizarlo solamente en el horario que los padres consideren oportuno; limitar el tiempo de acceso a internet; decir qué programas se instalan en el ordenador e impedir que los niños ni puedan introducir nada sin el conocimiento de los adultos; supervisar las páginas web que visitan sus hijos; controlar las nuevas relaciones que los menores establecen en la red; vigilar lo que escriben el programas de 'chat', y ver lo que están haciendo sus hijos desde otro ordenador (acceso remoto). Todas las instrucciones que se facilitan en este libro están además 'testadas', subrayó Monsoriu, ya que durante la elaboración de la obra un especialista en informática fue probando los distintos sistemas de control para determinar su eficacia. De hecho, el libro incluye desde las 'soluciones más sencillas hasta un nivel de seguridad militar'. 'Si hay un niño que se salta los controles más complejos los padres no deben preocuparse porque acabará trabajando en la NASA', bromeó la experta. Mar Monsoriu ha estado durante los últimos cuatro meses recogiendo todo tipo de documentación sobre los menores y la red en España y se ha hecho con los libros publicados en 2006 y 2007 sobre el tema en Estados Unidos, un país 'en el que el número de usuarios y el grado de penetración de internet en los hogares es mucho mayor', dijo. Después de estudiar el tema en profundidad, la autora señaló algunos de los principales peligros que los menores pueden encontrarse en la red. El principal es lo que Monsoriu denomina la 'hipercomunicación virtual' con los compañeros de colegio o instituto. Cuando vuelven a casa del centro educativo, los menores continúan comunicándose a través del ordenador y olvidan, por ejemplo, hacer los deberes, lo que acaba repercutiendo en su rendimiento académico. Este abuso puede desembocar en un 'comportamiento adictivo', que se manifiesta sobre todo en los chicos con su extremada afición a los videojuegos o juegos de rol on-line mientras que las chicas se decantan por los chats, primero con su círculo de amistades pero 'una vez que adquieren ciertas destrezas pueden comenzar a hablar con quien no deben'.